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“POESÍA ENTRE PAREDES”

Caligrafía Nazarí

Poemas escondidos en las paredes de la Alhambra 

 

 

Los muros de la Alhambra están llenos de decoración caligráfica, escrituras cursivas y cúficas. En la mayor parte de ellas encontramos en lema árabe de la época: 

“No hay más vencedor que Alá.”

Aparte del repetido lema, podemos encontrar muchísimos poemas, la mayoría escritos, o en este caso tallados, por tres poetas de la corte de Granada: Ibn al-Yayyab (1274-1349), Ibn al-Jatib (1313-1375) e Ibn Zamrak (1333-1393), secretarios de la cancillería real y primeros ministros.

Entre ellos, Ibn Zamrak fue considerado como el más brillante poeta de la Alhambra.

 

 

Hoy os damos a conocer algunos de los poemas que podemos encontrar en los muros de la fortaleza nazarí. 

 

Poema de la puerta de Comares 

«Soy corona en la frente de mi puerta:
envidia al Occidente en mí el Oriente.
Al-Gani billah mándame que aprisa
paso dé a la victoria apenas llame.
Siempre estoy esperando ver el rostro
del rey, alba que muestra el horizonte.
¡A sus obras Dios haga tan hermosas
como son su temple y su figura»

 

Poema de la taza de los leones 

«Bendito sea Aquél que otorgó al imán Mohamed
las bellas ideas para engalanar sus mansiones.
Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillas
que Dios ha hecho incomparables en su hermosura,
y una escultura de perlas de transparente claridad,
cuyos bordes se decoran con orla de aljófar?
Plata fundida corre entre las perlas,
a las que semeja belleza alba y pura.
En apariencia, agua y mármol parecen confundirse,
sin que sepamos cuál de ambos se desliza.
¿No ves cómo el agua se derrama en la taza,
pero sus caños la esconden enseguida?
Es un amante cuyos párpados rebosan de lágrimas,
lágrimas que esconde por miedo a un delator.
¿No es, en realidad, cual blanca nube
que vierte en los leones sus acequias
y parece la mano del califa, que, de mañana,
prodiga a los leones de la guerra sus favores?
Quien contempla los leones en actitud amenazante,
(sabe que) sólo el respeto (al Emir) contiene su enojo.
¡Oh descendiente de los Ansares, y no por línea indirecta,
herencia de nobleza, que a los fatuos desestima:
Que la paz de Dios sea contigo y pervivas incólume
renovando tus festines y afligiendo a tus enemigos!»

 

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